A orillas de la represa del Sisga se ha producido un hecho atroz: el
empalamiento de un hombre de unos cincuenta y cinco años de edad. La
identidad del cadáver, los autores del asesinato y los móviles del mismo
permanecen en el misterio. El periodista Víctor Silanpa, de El
Observador, se encarga del cubrimiento de la noticia, pero la desmesura
del crimen y el enigma que lo rodea lo hacen ir más allá, y en su
obsesiva investigación se cruza con los peligros del hampa, la mafia y
la corrupción. Publicada en 1997, y llevada al cine casi una década
después, Perder es cuestión de método marcó la temprana consagración de
Santiago Gamboa como uno de los nombres fundamentales de la literatura
colombiana contemporánea.