En 1947, durante su estancia en México, el pintor y grabador caucano Luis Ángel Rengifo elaboró aproximadamente treinta ilustraciones en tinta sobre papel basadas en La vorágine, de José Eustasio Rivera. No sabemos si lo hizo motu proprio o por encargo, pero lo cierto es que, hasta donde hemos indagado, ninguna edición hecha de la obra del autor huilense había recogido la totalidad de este trabajo gráfico que se constituye en una interpretación personal de un artista que hoy ha sido relegado al olvido. Es esta la razón para que presentemos ahora lo que bien podríamos llamar una «edición del sur» de La vorágine, en homenaje a la novela, con motivo del primer centenario de su publicación, a Rivera, por supuesto, y también al maestro Rengifo, pionero del grabado en Colombia. En el prólogo de esta edición, el escritor payanés Juan Cárdenas dice: «La vorágine es puro exceso y sus intrincados juegos con la lengua, con las figuras autorales, con las narraciones laberínticas en distintas voces, otorgan a la novela una textura alucinatoria capaz de hacer convivir en una misma imagen la extrema crueldad y la extrema belleza. Al final no sabemos si estamos asistiendo a algo abominable o a algo sublime. Los valores contrarios parecen girar en un ciclo vertiginoso, cambiando de apariencia de un instante al otro». Consideramos que este libro, al cuidado de la Editorial de la Universidad del Cauca, contribuye a enaltecer el legado de José Eustasio Rivera y de La vorágine, en un momento en que múltiples y bellas ediciones de la novela la acercan de nuevo a lectores y bibliófilos de diferentes generaciones