Este segundo volumen que recoge las venturas y desventuras de Maqroll el Gaviero inicia con Amirbar, que recibe su título de una mina situada en un lugar recóndito de la cordillera colombiana, llamada así por el quejido que el aire produce al entrar en sus grutas. El Gaviero ha abandonado los mares para buscar allí fortuna, pero no encuentra nada más que soledad, ansiedad y delirio. El silbido del viento le trae la llamada del mar, que lo reclama como una más de sus criaturas. En Abdul Bashur, soñador de navíos abandonamos por un momento a Maqroll para conocer al amigo fiel con el que comparte, del Caribe al Mediterráneo, sus empresas y viajes. El marino libanés tiene un anhelo: encontrar el barco ideal, y en esta búsqueda imposible llegará al cumplimiento de su fatal destino. Tríptico de mar y tierra es el broche con el que Mutis cierra el ciclo dedicado a las andanzas de Maqroll. En él se concentran tres narraciones breves, sendas experiencias en la vida del Gaviero que le revelaron regiones del alma hasta entonces para él desconocidas y en las que, muy a su pesar, o a pesar de sí mismo, había estado navegando sin saberlo.