A un año de la muerte de su amigo Michel Foucault, compañero en la Universidad de Vincennes, Deleuze encara este curso sobre su obra que se editará en tres tomos por primera vez en castellano.
En este primer tomo, El saber, se presentan las primeras 8 clases que van de octubre a diciembre de 1985. El punto de partida es que a pesar de las apariencias que lo han vinculado a la escuela de los Annales, Foucault ha insistido siempre en que no es un historiador. Así, lo que se presenta como el primer eje de la obra de Foucault, el problema y el concepto de saber, revelará todo su espesor y su riqueza. En primer lugar, la arqueología aparece no solo como método de análisis de lo visible y lo enunciable en cada formación histórica, sino también como una investigación filosófica sobre el ser del lenguaje y de la luz, opuesta al estructuralismo, a la fenomenología, y a la lingüística. En segundo lugar, como una concepción compleja y original de los vínculos entre las visibilidades y los enunciados, que se iluminará cotejándola con Kant, con Blanchot, con el cine de Syberberg, de los Straub o de Duras, y con la poesía de Raymond Roussel. Por último, a través de las nociones de regularidad y singularidad, como exigencia y anuncio de la transición hacia el segundo gran eje de su obra: el problema del poder.