¿Basta un beso robado, la sombra furtiva de una mujer, una borrachera de media tarde o las preguntas arriesgadas de una niña para conformar un mundo que tenga peso propio? Si quien escribe es Alice Munro, un simple adjetivo sirve para transportarnos al lugar donde nacen los sentimientos y las emociones. Los personajes de estos relatos lidian con la duda, el dolor y la decepción sin más recursos que su propia humanidad. Cierran el volumen unas páginas que la autora dedica a su propia infancia, donde lo personal se funde con la ficción, pues, en palabras de la misma autora, «la autobiografía vive en la forma, más que en el contenido»