Si las paredes hablaran... es algo que se dice como si cualquier cosa, pero en esta novela delirante, son precisamente las paredes quienes increpan, y las calles quienes les contestan, porque es l arquitectura del lenguaje, pero también la de la ciudad la que se viene abajo para enseñarle al lector una radiografía póeitca de una Medellín aniquilada, pero que, contra todo pronóstico, sí parece tener corazón.
Medellín Tremens, es pues una novela donde la ciudad habla, los edificios cantan, el asfalto grita, los parques roncan, las pagodas bufan, los templos aúllan y el narrador se desangra en una prosa trastornada.