Esta es la historia de Enrique Osorio, padre de familia devastado por un accidente de tránsito, y su hija María, huérfana de madre; ambos refugiados en la finca familiar en medio de las montañas. Es un relato de descomposición y ensimismamiento existencial memorable. La atmósfera creada en esta novela es opresiva y nos va llevando de la mano con lentitud y sabiduría al irremediable final de todas las cosas.