"Todo lo que vive quiere ver el sol siguiente. Todo quiere no solo no morir, sino seguir naciendo. Una vez más, otra vez, salir al día, y que la siguiente sea la misma vez y nueva. Probar el límite, no llegando sino volviendo a empezar.
"Eso me parece que pasa. Eso me nubla, pues no quiero primero la muerte, pero no tengo el callado entusiasmo de la vaca, o de lo que puedo imaginarle: su aliento. Su confianza en que estará viva en la mañana. Su querer la confianza. Su impulso central de arriba abajo: el Sol, que recorre su arco para ella; que sale de bajo la panza de la vaca -que es un puente- y va subiendo, y se pone encima de la vaca, sobre su lomo recto, esa línea que la limita por encima, esa derechura casi prodigiosa, casi humorística, que hace pensar bien en la cabeza y en la cola al conectarlas limpiamente, un horizonte íntimo...".