Akutagawa Ryunosuke, uno de los autores nipones más internacionales, llevó el relato japonés a las más altas cotas literarias con obras como «Rashomon» (1915), «Vida de un idiota» (1927). Estudiante brillante y ávido lector, Akutagawa fue también un consumado y prolífico poeta. Su poesía alcanza cotas sublimes a la hora de revalorizar las escenas más aprentemente insulsas de la naturaleza, logrando transmitir la honda esencia del haiku. Maestro de la palabara, el cromatismo de su poesía es vívido y fluido. A pesar de sentir una profunda añoranza por lo tradicional, Akutagawa supo ver con ojos de poeta los objetos modernos e incluirlos en sus haikus, insuflando aires nuevos a esta forma póetica tradicional.