Cuando por las noches subre la marea
la playa se vuelve un pasillo del mercado:
pañales, galletas de mar, caparazones de erizo,
huevos de tiburón tejidos con alaga al litoral.
Considera ese artefacto de colágeno y curvas suaves.
Los tiburones ponen huevos en forma de tornillo:
espirales que se enroscan al suelo marino
para quedarse en su lugar.
Mira cómo respiran a través de su cáscara traslúcida.
Considera su violenta geometría.
En algunos, se agita una semilla viva, un embrión
que habita esa fosa de humedad y que,
visto a contraluz,
palpita como diciendo:
yo no soy de aquí.