Continuando con la labor emprendida con el libro La Amistad, este libro se compone de los fragmentos sobre el amor extraídos de los Cuadernos que Simone Weil escribió desde 1934 hasta meses antes de su muerte. El amor como antídoto al sufrimiento es unos de los temas más recurrentes que Weil analiza a través de sus distintas significaciones, en una esmerada y delicada reconstrucción. El amor no sólo surge de la necesidad de salir de nosotros mismos y de unirnos al otro, sino que nos despierta del sueño inconsciente que supone vivir con indiferencia en el mundo y entre los demás, liberándonos de una soledad estéril y destructiva. Al amar tenemos conciencia de estar vivos y los otros cobran verdadera existencia para nosotros. Por ello, si nos viéramos privados de él serían meras sombras, máscaras, trajes viejos de hombres que existieron. Así pues, el otro es una especie de principio de realidad que nos une a la vida, evitándonos ser meros espectadores pasivos del mundo.