Sabía que venderían su mano en matrimonio.
Pero no podía imaginar que el príncipe de los fae sería el comprador.
Katria juró que nunca se enamoraría. Ya sabe lo que significa el «amor» gracias a la crueldad de su familia. Por ello, cuando la entregan en matrimonio al misterioso Lord Fenwood por un buen precio, lo único que desea es tener una vida mejor que la que deja atrás. Los sentimientos quedan descartados.
Pero su nuevo marido hace que no enamorarse de él sea muy difícil
A medida que la atracción entre ellos crece, también aumentan las rarezas de su nueva vida: reglas extrañas, gritos en mitad de la noche y ataques de fae que Katria nunca pensó que fueran reales. Y cuando es testigo de un ritual que los humanos tienen prohibido presenciar, la arrastran a la tierra de Midscape.
Sobrevivir en las tierras salvajes de los fae siendo humana es muy duro, sobre todo porque Katria se ha apropiado involuntariamente de la magia de los reyes ancestrales; una magia por la que un sanguinario rey está dispuesto a matarla con tal de mantener su trono usurpado. Trono que, en realidad, pertenece legítimamente al marido de Katria.