Los relatos de Lahiri -que suelen girar en torno a las vivencias de las familias de ascendencia bengalí en Estados Unidos- no se detienen meramente en plasmar la experiencia de la inmigración, sino que retratan con gran fidelidad y sin cortapisas las vivencias y emociones que ocupan y preocupan a un amplio sector de la sociedad moderna.
Son historias acerca de una variada galería de personajes caracterizados con singular delicadeza y simpatía: hermanos y hermanas, padres e hijos, maridos y mujeres, amigos y amantes que se ven obligados a afrontar momentos fundamentales en sus relaciones y navegar como pueden en aguas desconocidas, entre la inocencia y la experiencia, entre los dictados de la remota tradición familiar y la emancipación personal, entre el impulso de reinventarse a sí mismos y definir su identidad en un mundo fragmentado. Así pues, no cabe duda de que estamos ante una verdadera muestra de gran literatura.