Se acude directamente a los relatos escritos por quienes fueron testigos de lo que ocurrió el 20 de julio de 1810 y los días sucesivos en Santafé de Bogotá. Esto ha servido, entre otras cosas, para recopilar por primera vez los testimonios conocidos de aquellos criollos y peninsulares que vivieron esas semanas iniciales de la emancipación de la Nueva Granada, permitiendo proyectar una luz más diáfana sobre dichas jornadas, y calibrar con mayor relieve los momentos dramáticos de la historia de Colombia, al presentarnos distintas ópticas sobre los mismos hechos.