Este libro trata sobre procesos revolucionarios de doce países latinoamericanos desde el inicio de las repúblicas hasta el fin del siglo XX. Cada uno de los estudios analiza una revolución concreta ocurrida en un país con una narrativa de los hechos, sus actores colectivos e individuales, el contenido de conflicto, su proyecto político, los cambios ocurridos y sus consecuencias: es decir, la "herencia" de la revolución.
Las revoluciones que estudia esta obra no son todas las de la historia de América Latina, pero son muy representativas. No fueron meros golpes de cuartel o los rótulos con los que se han caracterizado a regímenes que no cambiaron nada de fondo.
Los casos nacionales estudiados tienen en común que fueron históricamente relevantes y que expresaron la acción de grandes grupos sociales que se destacaron como actores colectivos en momentos de cambio y expresaron sus intereses en medio de situaciones conflictivas.