La antigua Grecia conoció la violencia en todas sus formas: guerras, matanzas, mitos crueles... Sin embargo, esta amenaza constante siempre se vio contrarrestada por escritores y filósofos helenos, que percibían su carácter inaceptable y alzaron sus voces para condenarla sin paliativos. Junto a estos alegatos contra la violencia, se defendieron otros ideales de humanidad, de justicia, de tolerancia y de solidaridad. A través de numerosos testimonios antiguos, Jacqueline de Romilly analiza la mentalidad griega en relación con las diferentes formas de violencia y, sobre todo, muestra la indiscutible actualidad de una herencia que nos empuja a combatir contra ella.