En ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y que le supuso la consagración inmediata, Raymond Carver renovó la forma del relato breve hasta darle proporciones de haiku y sin que esta utilización radical de la elipsis le haga perder ninguna fuerza. Todo lo contrario, los relatos de Carver poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción.
Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común: tal es el territorio en el que se mueven siempre los inquietantes relatos de Carver, el «maestro indiscutible del cuento norteamericano actual» (Michel Brandeau, Le Monde).
«Los relatos de Raymond Carver son extraordinarios por su lenguaje, por su música y por su tremenda y aterradora visión de la vida corriente norteamericana. Carver se encuentra entre los escritores más auténticamente americanos de hoy día» (Leonard Michaels).