PUÑAL SE CLAVA EN EL COSTADO DEL LECTOR
UNA GARGANTA SE CIERRA Y LA VOZ AHOGADA EMERGE DE UN CUERPO LASTIMADO QUE ENCUENTRA EN LA ESCRITURA
UNA RUTA, UNA HUELLA UNA SEÑAL. LA LENGUA MASTICA
ENTONCES UN MIEDO MUDO RECORRE EL CORAZÓN HUECO POR
LA PÉRDIDA, TRATA DE ENCONTRAR LA SALIDA DE UN SILENCIO LLENO DE ESPINAS PERO HAY TAMBIÉN UNA MUECA DE IRONÍA
EN LA MIRADA, QUE DE MANERA INTEMPESTIVA NOS
CHOCA CON LA RISA