Extrañarte es ahora la única forma de quererte».
Llega la catástrofe, como un aguacero que no avisa. Se acaba el amor. Quedan escombros. Luego el vacío. El silencio se apodera de las noches y el sinsabor de los días.
Pasa el tiempo: una semana, dos semanas, tres. La ausencia pesa menos. Las palabras dejan de ser tristes. Los recuerdos se desdibujan, pero ya no duelen. Las sombras ya no son fantasmas.
Entre mi amor y tu ausencia es un ejercicio poético en el que Edwin Vergara se asoma a su propio desamor para jugar con las palabras y entender cómo el tiempo reformula el dolor.