Leer Porcelanas es emprender un recorrido o si se quiere una aventura por un museo vivo, donde logramos casi saborear el mango dulce o ver de lejos el mar del Puerto de Vallarta. Mientras, llenos de pistas y relatos contados en diferentes tiempos, presenciamos el rodaje de una cinta grabada con letras. Los lectores serán espectadores invisibles de obras que nunca han visto luz, que relatan no sólo las circunstancias que Charles Cros o María Polydouri vivieron, sino de su misma creación o esencia. Es decir, lo que va a atestiguar el lector de Porcelanas, no sólo son escenas inéditas de la vida de estos significativos personajes, sino imágenes, que sólo sabe hacer la poesía universal, de lo cotidiano.
Este libro es un portarretrato de lo absoluto y de lo cotidiano, de lo histórico y lo contemporáneo; digamos que está vertebrado por sus presencias, pero también por sus ausencias, por sus encuentros, pero también por sus desencuentros, como una cartografía que se desvanece. Narrado en varios idiomas, que se van aprendiendo en el camino pero que fundamentalmente están compuestos por extraordinarias pinturas frescas del Todo, reconocemos colores con los que todos hemos pintado.
ALEJANDRA SÁNCHEZ Z.