Un acontecimiento inesperado conduce al protagonista de esta novela a la casa de sus abuelos. Él recuerda así al padre de su padre: "Mi abuelo escribía en las paredes todos los acontecimientos de la ciudad... Escribía sobre cosas simples, como la aguja perdida en la rendija de la duela...". El encuentro con este ser maravilloso le abre las puertas del mundo de la escritura.