En un mundo donde las apariencias sirven como velo ante la cruda verdad, Cixi no es más que una criada. Pero en su interior late un poder oscuro y prohibido.
Su existencia se basa en cuidar y acompañar a su joven ama, Lilan, la única hija de la familia Yehonala. Sin embargo, cuando el gran Imperio Jing se convulsiona ante la muerte del Emperador, la familia viaja al Palacio Rojo para presentar sus respetos a su heredero: Xianfeng.
La llegada del nuevo monarca supone una maldición para los Yehonala, ya que Lilan se convierte en una moneda de cambio. Pero en «la ciudad dentro de la ciudad» nadie está a salvo. En cada esquina hay susurros de traición, deseo y ambición. Y Lilan sucumbe entre esas paredes rojas.