Todos los lectores somos acumuladores. De sensaciones, de paisajes, de personajes, de frases, de autores, de descripciones, de momentos. Y, por favor, de libros. Por otro lado, siempre nos estamos debatiendo entre la melancolía de los libros que nos faltan por leer y la nostalgia por los que ya leímos. Siempre vamos a tener toneladas de lecturas pendientes, pero a medida que pasan los días y los libros, seguimos acumulando y acumulando. Por eso son tan útiles las libretas, los cuadernos, los blocs. Los lectores también somos acumuladores de cuadernos y libretas que nos ayuden a aclarar el paisaje. Con ellas tenemos a la manos siempre el dato, la frase, el autor que necesitamos en las conversaciones que tenemos con otros lectores.
Es decir, con otros acumuladores.