El primer fin de semana de 1989 una insistente llamada de teléfono arranca de su resaca al teniente
Mario Conde, un policía escéptico y desengañado. El Viejo, su jefe en la Central, le llama para
encargarle un misterioso y urgente caso: Rafael Morín, jefe de la Empresa de Importaciones y
Exportaciones del Ministerio de Industrias, falta de su domicilio desde el día de Año Nuevo. Quiere el
azar que el desaparecido sea un ex compañero de estudios de Conde, un tipo que ya entonces, aun
acatando las normas establecidas, se destacaba por su brillantez y autodisciplina. Por si fuera poco,
este caso enfrenta al teniente con el recuerdo de su antiguo amor por la joven Tamara, ahora
casada con Morín. «El Conde» así le conocen sus amigos, irá descubriendo que el aparente pasado
perfecto sobre el que Rafael Morín ha ido labrando su brillante carrera ocultaba ya sus sombras.