Vigilancia y control sanitario-policial en una Granada ciberpunk. ¿Quién está detrás del espíritu o droga de la invisibilidad, que tantos apagamientos elegidos eufemismo de suicidio ha causado? Eso es lo que investiga la agente Santos Ololquiaga, del Departamento de Armonización e Higienización de UniComplex, el organismo que domina el mundo mediante neurochips de bienestar y salud, o más bien de localización, vigilancia y control sanitario-policial. Todas las personas apagadas por propia elección tienen algo en común: han pasado por el DumDum, un estudio-laboratorio de grabación y remezcla de psicovisiones visiones mentales, ensoñaciones, alucinaciones sonovisuales compartibles y comercializables regentado por Antonio Vigo en Granada. Con la ayuda de la farmacéutica Ruth Rull y la complicidad de Voight (también llamado Stein), Vigo usa, instala y vende dispositivos antivigilancia que desparasitan el cerebro y lo dotan de invisibilidad, rehuyendo así la tecnología de control. Una vez pasado el efecto de la droga, quienes se la han inyectado se sienten observados de nuevo por los neurochips y desarrollan un insuperable síndrome de abstinencia. En su búsqueda de los responsables de la droga de la invisibilidad, Santos Ololquiaga desvelará una lucha interna dentro de UniComplex, donde no solo está en juego el control, sino el modo de ejercerlo: imposible rehuir el miedo a ser apagado en cualquier momento. DumDum, estudio de grabación es un viaje a un universo ciberpunk con las señas de identidad de Justo Navarro, «uno de los grandes prosistas españoles de las últimas décadas» (Antonio Lozano, Librújula): la relación entre la memoria y la imaginación, la figura del doble y los narradores no fiables, los sistemas de control y vigilancia y una atmósfera de intriga asfixiante, con la música y la ciudad de Granada como paisaje de fondo. Como la mejor ciencia ficción, DumDum, estudio de grabación consigue que logremos extrañarnos ante la presencia de aquello que, no siendo familiar, resulta sin embargo reconocible. «Discretamente, libro a libro, sin exhibicionismos ni alharacas, Justo Navarro se ha ido convirtiendo en una de las voces más valiosas y singulares de la narrativa española contemporánea» (Ignacio F. Garmendia, El Día de Córdoba).