Estamos ante una de las grandes tragedias de la historia universal que ha emocionado, conmovido y revelado a millones de espectadores, y lectores, de qué manera nuestros pensamientos internos y emociones descontroladas pueden acabar por trasformar nuestra apacible realidad en desdicha pura.
Otelo es ante todo un profundo y sutil estudio del mal, en el que se desarrollan sentimientos tan dispares como los celos, la pasión, el amor verdadero, la venganza, la fidelidad, la ambición, el resentimiento, el orgullo... La intensidad del argumento nos atrapa de principio a fin, sin apenas concedernos descanso. El protagonista, de carácter noble, sencillo y juicioso, asume su error y su culpa y, destrozado, se castiga con la consecuencia que su crimen merece. Aunque, en realidad, todo el sufrimiento está inducido por la maldad y la infamia del pérfido Yago, cuyas maquinaciones son las que provocan las desgracias de Otelo y Desdémona.