En 1815, M. Carlos Francisco Bienvenido Myriel, era obispo de la ciudad de D. Era un anciano de casi setenta y cinco años, y ocupaba la sede de D, desde 1806. Aunque esta circunstancia no interesa en manera alguna al fondo de lo que vamos a referir, quizá no será inútil, aun cuando no sea más que para ser exactos en todo, indicar aquí los rumores cuando llegó por primera vez a su diócesis. Lo que los hombres se dice, verdadero o falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre todo en su vida, como lo hacen.