La Regeneración, más que un período clave de la historia de Colombia, fue la búsqueda infortunada del centro de gravedad de la República con el propósito de poner fin a las guerras civiles y a las constantes vacilaciones institucionales. Originalmente encaminado a enmendar el régimen confederativo de los Estados Unidos de Colombia y a fundar una democracia competitiva y tolerante, el movimiento desembocó primero en la más amplia transformación política de nuestra historia republicana y a continuación en un régimen sectario y disruptivo.
Este libro del historiador Daniel Gutiérrez Ardila, autor de 1819: Historia narrativa de la campaña de la Nueva Granada, analiza los debates políticos que se desarrollaron a lo largo de una década (1875-1885) con respecto al orden de Rionegro para mostrar la existencia de un consenso multipartidista sobre la necesidad de una reforma constitucional. Así mismo, se concentra en el año capital que va de mediados de 1885 a agosto de 1886, porque en esa transición se hallan las claves del éxito y del fracaso de la Regeneración: por un lado, la demolición exitosa de la confederación; por otro, la persistencia del exclusivismo encarnado en un gobierno de círculo tan criticado e inestable como el precedente.