El periodista e historiador británico Max Hastings, autor de la brillante crónica de la Segunda Guerra Se desataron todos los infiernos, incursiona por primera vez en la cara oculta de este conflicto: la de los servicios secretos, las operaciones especiales y los movimientos partisanos. Su propósito es ofrecernos una visión global de lo que fue para ambos bandos esta guerra de espías y resistentes en la que cientos de miles de seres humanos arriesgaron sus vidas, y muchos las perdieron. Solo el uno por ciento de las operaciones que se llevaron a cabo -que oscilaron entre lo cómico, lo trágico, lo absurdo y el peligro real- sirvieron.
El libro de Hastings nos ofrece un panorama fascinante de personajes, que van desde los nombres conocidos -como Sorge, Canaris, Philby o Cicero- a otros ignorados como el agente Max, que contribuyó a la derrota alemana en Stalingrado, o ese espía, que nunca supo que lo fue, el japonés Oshima. Junto a ellos están los científicos que descifraron los códigos, los miembros de los equipos de «operaciones especiales» -como el SOE británico o la OSS norteamericana, en que militaron desde un actor de Hollywood, como Sterling Hayden, hasta un político como Allen Dulles- y los guerrilleros yugoslavos o rusos.
Protagonistas de cientos de historias que Hastings nos cuenta con su garra narrativa.