La barcarola es una forma musical que reproducía la cadencia de los remos de los gondoleros de Venecia. Neruda quiso imprimirle ese ritmo a este libro, que es una especie de viaje a través de su historia personal con Matilde, la musa principal de su poesía. Por momentos es como si ambos se instalaran a ver las fotos y tarjetas postales de distintos momentos de la vida que han compartido.
En los episodios intercalados de este viaje, el poeta evoca a otras personas, como César Vallejo, René Crevel y Rubén Azócar, algunos de sus amigos entrañables.
También relata anécdotas de personajes como Rubén Darío, el bandido y héroe popular Joaquín Murieta o el prócer de la independencia americana, lord Thomas Cochrane.
En una entrevista, refiriéndose a La barcarola, Neruda declaró: «En este libro hay episodios que no solo cantan sino cuentan, porque antaño era así, la poesía cantaba y contaba». La barcarola, sugiere el crítico Hernán Loyola, podría ser el Canto general de la historia de pareja de Neruda con Matilde: «Un Canto general doméstico y casual, reticente y hasta crítico respecto a teleologías históricas y a utopías colectivas», un libro fundamental en la obra nerudiana, que transforma sus motivos recurrentes bajo la óptica del amor maduro.