«Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Descarga el arma. Abre la mente de las personas.» Ambientada en un futuro sombrío y perturbador, esta obra presenta una sociedad totalitaria en la que los libros están prohibidos y estos se destruyen bajo las llamas a 451 grados Fahrenheit, que es la temperatura exacta en la que el papel empieza a arder. Ray Bradbury dibuja un mundo distópico que comparte inquietantes similitudes con el nuestro, a la vez que crea una carta de amor a los libros y a quienes los escriben. Considerado una de los grandes títulos del siglo xx, Fahrenheit 451 narra la historia de Guy Montag, un bombero cuya misión no es sofocar incendios, sino producirlos; quemar los libros que algunos todavía atesoran. Mientras tanto, la población disfruta del ocio oficial que llega a sus salas a través de las pantallas, un entretenimiento banal que ahorra el esfuerzo de pensar. Muy pronto, Montag, que durante años ha cumplido su tarea sin vacilar, empieza a sentir remordimientos ante la firmeza y la pasión con que algunas personas defienden su biblioteca secreta, dispuestas incluso a inmolarse con ella. ¿Qué habrá en esos libros? ¿Serán tan perjudiciales como le han enseñado? ¿O acaso contendrán mensajes que ayudarán a reparar la destrucción de la sociedad? Las expresivas ilustraciones del dibujante y caricaturista inglés Ralph Steadman retratan con turbadora potencia el universo distópico de Bradury y convierten este volumen en una auténtica obra de arte. A través de sus ya célebres salpiconazos de tinta negra y roja, uno de los artistas de referencia de Libros del Zorro Rojo recrea con auténtica destreza el fuego abrasador y una atmósfera opresiva, casi apocalíptica. Con un prólogo escrito en 2004 por el propio Bradbury, esta edición sigue alertándonos sobre las peores facetas de los totalitarismos y del conformismo de la sociedad. La traducción de Marcial Souto, que ha traducido un centenar de cuentos de este maestro de la literatura norteamericana, captura con maestría toda la fuerza del texto original, publicado hace casi setenta años. «Su obra es atemporal y fronteriza porque se nutre de arquetipos. Es sonora. Y es inquietante. Por eso va más allá de su época y del género que representa, y por eso todos deberíamos leer a Ray Bradbury.» Cynthia Matayoshi «Las imágenes surrealistas del artista británico, con sus tintas características que parecen manchas de sangre, son verdaderas obras de arte.» Natalia Blanc (La Nación) «Los estallidos de color de Steadman, sus incendios, sus lenguas de fuego recuerdan que, como en una distopía, también en estas latitudes existieron los bomberos que quemaban libros.» Silvina Quintans «Aterrador en sus implicaciones... El relato de Bradbury sobre este mundo demente, que guarda muchas semejanzas alarmantes con el nuestro, es fascinante.» New York Times )