Al final de la segunda guerra mundial, la Unión Soviética controlaba una inmensa extensión de territorio en Europa oriental. Stalin y su policía secreta emprendieron la conversión de doce países radicalmente distintos entre sí a un sistema político y moral totalmente nuevo: el comunismo. La historiadora premiada con el Pullitzer por Gulag, desgrana, a partir de documentos inaccesibles hasta hace poco y fuentes desconocidas en Occidente, la táctica comunista en su camino hacia el poder: las amenazas, los abusos y los asesinatos. El método con el que en un lapso de tiempo asombrosamente breve Europa oriental fue estalinizada por completo.