Renovador fundamental de la narrativa contemporánea, Salvador Elizondo ha creado a lo largo de sus obras un universo de escritura propio donde el lenguaje se subvierte a sí mismo. La suya es una sola senda de herrajes mallarmeanos que, con variadas formas y técnicas narrativas, indaga a través de 'imago' y metáfora la esencia oculta de las historias, la realidad contradictoria. Mirada interior, la prosa de Elizondo alude a una vocación filosófica que trasciende toda convención literaria y cuestiona toda premisa. 'El hipogeo secreto' es el libro sagrado que está siendo escrito constantemente, ahora, en este momento... Allí la realidad se crea al tiempo que se le da forma con la palabra: el lector es apenas un personaje esbozado por los sueños de un escritor que es soñado. En una historia sin principio ni fin -la iniciación de una mujer- los miembros de una sociedad secreta intentan buscar a su creador, El Imaginado, para deducir qué sucede después de otras páginas y acabar con un asesinato 'ritual en una ceremonia equívoca'. Espejo que nos confirma como imágenes quizá imaginadas que hay que 'olvidar y recordar a la vez', la segunda novela de Elizondo completa el trazo -bellamente plástico- de su premisa sobre la escritura y en ella se constata como el 'personaje apócrifo del dios de la literatura'.