En El cuarto mundo, tercera novela en la fecunda trayectoria de Diamela Eltit, un hermano y una hermana gemelos compiten por la atención del lector del mismo modo en que, antes de nacer, competían por el espacio en el vientre materno, lugar de enunciación elegido por la escritora para hacer hablar a sus personajes en el arranque de esta historia.
Tal y como acostumbra, sirviéndose de un lenguaje lírico que desafía y cautiva, Eltit explora los límites de la narración para abordar con espíritu crítico el universo familiar y la maternidad, la construcción del género, los roles socialmente asignados a hombres y mujeres o la materialidad del cuerpo femenino como centro de las relaciones de poder.