La aparición de un desconocido virus en China en diciembre de 2019 mereció breves y confusos titulares, pues nadie supo prever su posterior conversión en pandemia global. En cuestión de semanas, la economía mundial se detuvo abruptamente: los aviones permanecían en tierra, las cadenas de suministro se rompían y sectores completos como el turismo reducían su actividad a cero. Ni tan siquiera los mercados financieros, tan alérgicos al riesgo, pudieron preservarse de un colapso económico que provocó la caída más rápida y fuerte de los mercados de valores desde 1929.De la noche a la mañana, nuestro mundo cambió y 2020 se convirtió en un año de inflexión. El gran cronista de la pasada crisis financiera, el economista Adam Tooze, nos presenta el análisis mejor informado sobre la historia de ese cierre y sobre hacia dónde nos dirigimos. Gracias a su acceso privilegiado a datos, protagonistas e instituciones se relata, de forma convincente y a veces impactante, cómo ha repercutido este desafío tanto en los grandes centros económicos mundiales como en los mercados emergentes. Mientras nos aferramos al milagro tecnológico y del conocimiento en forma de vacuna, la crisis del coronavirus ha evidenciado nuestra fragilidad.