La obra onettiana se va constituyendo como un exceso incesante de sí misma, en el que los movimientos de flujo y reflujo, de retroceso y avance hacen lábiles los límites que separan las narraciones que la componen. Es una escritura extendida por desvíos y sinuosidades sesgadas, que desbaratan toda expectativa acerca de la tersura de su entramado hecho de discontinuidades discursivas, intersectado por innumerables relatos parciales atravesados por otros relatos parciales, que nunca encajan entre sí para constituir una entidad más extensa que los contenga, produciendo encuentros que se asemejan más al modelo de la colección que al de una estructuración fundada en inferencias causales. Esta Antología en consonancia con esos presupuestos, coloca los cuentos seleccionados en un orden progresivo que se corresponda con la secuencia cronológica de su publicación.