Cuando el profeta Muhammad murió en el año 632 nadie hubiese imaginado que, en menos de un siglo, los musulmanes se iban a extender desde la península ibérica hasta la India. Su presencia en un espacio tan amplio dio origen a pueblos y estilos de vida muy diferentes, pero fue en territorio hispánico donde su cultura mostró unas peculiaridades propias que la diferenciaron del resto del mundo musulmán.