Pocos colombianos como el ex presidente Alfonso López Michelsen, en la cima de sus muy fecundo noventa años, nos permiten configurar con la proverbial visión que lo caracteriza, una síntesis del siglo XX colombiano, un testimonio de esa época, que el autor no considera una crónica completa sino apenas una ventana para asomarnos a él. A lo largo de una serie de semblanzas escritas en su momento sobre algunos de los protagonistas ya desaparecidos de este intenso período de la vida nacional, el ex presidente nos permite contextualizar un devenir ligado inexorablemente a las personalidades que describe y compartir las memorias personales que tienen. Comienza por la figura de su padre Alfonso López Pumarejo, seguida de otras como Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos, Jorge Eliécer Gaitán, Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras Restrepo Laureano Gómez, hasta las recientes evocaciones de Ramón de Zubiría, Rodrigo Lloreda, Consuelo Araújo, y Juan Luis Londoño, notas que se van entrelazando para integrar una historia tal vez no oficial ni exhaustiva, pero si más próxima y humana.
Estas crónicas, nos cuenta el autor, solamente reflejan el impacto psicológico que estos personajes le produjeron. En ningún caso su enjuiciamiento crítico, porque como confiesa en su presentación, prefiere pensar que "me cabe la satisfacción de haberles reconocido en vida, a la mayor parte de mis biografiados, lo que otros solo les reconocieron después de muertos".