Este libro magistral y revelador analiza las formas en que la idea y la experiencia de Dios han ido evolucionando entre los monoteístas, sean éstos judíos, cristianos o musulmanes. A través de la fabricación de un tejido multicolor de teorías e intuiciones históricas, filosóficas, intelectuales y sociales, Armstrong nos muestra cómo, a lo largo de los siglos, cada una de las religiones monoteístas ha abrazado un concepto ligeramente distinto de Dios. Al mismo tiempo, dirige nuestra atención a las semejanzas fundamentales que existen entre ellas, demostrando que en las tres, Dios ha sido y es experimentado de una forma intensa, apasionada y a menudo -sobre todo en Occidente- traumática. El hecho es que algunos monoteístas han visto tinieblas, desolación y terror donde otros sólo han vislumbrado luz y transfiguración.