¡A que no saben! En casa, en lugar de una señora que nos ayuda con los quehaceres del hogar, tenemos un hombre que usa delantal. Se llama Amador, lo contrató mamá y sabe hacer de todo. Pasa el trapo rapidísimo, como si bailara, limpia los muebles y deja los azulejos brillantes. Compra comida ecológica y a buen precio, lava y plancha como nadie, y conoce un montón de trucos. Desde que llegó, revolucionó toda la casa... y también a quienes vivimos en ella. Sobre todo a papá y a Santi, mi hermanito. «Amador, eres mi ídolo, tú sí que tienes el delantal bien puesto», le digo yo. Mamá le dice: «¿Por qué no te conocí antes?». Y papá y Santi, ¿qué dicen?