Una mujer acepta la incómoda tarea de cuidar a su exmarido enfermo a pesar de llevar veinte años separados. Una familia marcada por las secuelas físicas de un terrible incendio celebra el cumpleaños de su hija. Una mujer conserva en un bote el mioma extirpado de su útero y otra no reconoce sus propias manos. También hay historias políticas donde sus protagonistas arrastran heridas del violento pasado del País Vasco y relatos familiares sobre mujeres desapegadas de sus hijos, de sus madres o de sus propias vidas; cuentos que ponen en entredicho la solidaridad o en los que importan más los animales que las personas.
Los relatos de Eider Rodríguez, Premio Euskadi de Literatura, tienen la virtud de dejar una profunda huella en la mente del lector. Su voz inclemente indaga en la cotidianidad de la clase media vasca y en las ruindades de un territorio humano reconocible por todos. La prosa descarnada y sin artificios de la autora abre las grietas de las buenas apariencias e intenciones para mostrarnos las múltiples sombras que se esconden bajo su fachada.