Como es sabido, la hipótesis de Gaia considera nuestro planeta un gigantesco superorganismo vivo en el que el suelo y el subsuelo terrestres, así como los ríos, los océanos, la atmósfera, las plantas y los animales, están estrechamente integrados formando un complejo sistema orgánico que se autorregula para mantener en equilibrio las condiciones habitables de la Tierra.
Stephan Harding examina de qué modo el desarrollo de esta hipótesis puede contribuir a que comprendamos el mundo natural y, por tanto, a que conectemos con él. A un cuidadoso análisis científico añade la intuición y la empatía, de vital importancia a la hora de encarar la grave crisis ecológica y climática que estamos viviendo, por haber contemplado durante siglos a nuestro planeta como un inmenso mecanismo inerte.
Este libro nos ayuda a establecer una apropiada relación con nuestro planeta como entidad viviente a la que todos estamos indisolublemente unidos y de la que, de una u otra manera, somos responsables. Nos induce a conectar con la Tierra en un sentido profundo, para descubrir lo que significa vivir armoniosamente en el seno de una criatura sensible de proporciones planetarias.