En César Vallejo (Santiago de Chuco 1892, París 1938) las disonancias y las asimetrías que se producen en toda su obra, y más aún en su teatro, nos permiten contextualizar los soportes culturales, sociales y económicos de dos continentes, América y Europa, en un periodo muy concreto (1923-1938) que va a marcar toda su concepción del teatro más allá de las vanguardias y de un cierto naturalismo intelectualizado. Sus viajes a la nueva República de los soviets, su compromiso con la realidad social de su tiempo, su cercanía a las representaciones del teatro ruso más comprometido, van construyendo esa nueva estética a la que denominamos, con toda su carga ideológica, como «estética del trabajo».
Con la presente edición de su Teatro completo, que permite, por primera vez, la consulta de la edición facsimilar y dactilográfica, realizamos un extenso recorrido que se inicia con Los Topos y termina con La piedra cansada. En total son doce obras póstumas en las que las influencias de autores como Piscator, Eisenstein, Kirshon o Tairov van a ser decisivas a la hora de dar respuesta a una nueva concepción de los espacios escénicos, al igual que ya estaba operando desde su poesía ese «asalto al lenguaje», «el habla plural» que le convertiría en uno de los herederos de la universalidad.