Pocos años después de la publicación de Las Flores del Mal, Charles Baudelaire (1821-1867) comienza la redacción de estos pequeños poemas en prosa, considerada desde el principio como una obra profundamente innovadora y auténtico modelo de un nuevo género literario. Por sus ambiciones estilísticas y por la voluntaria unión de la inspiración poética con la reflexión crítica; por el arte de evocar las visiones poéticas y rigurosas opiniones teóricas desde la óptica más esteticista, estos poemas ejercieron gran influencia: era el nacimiento de la prosa poética y, en cierto modo, de la poesía pura.