Y asi´ de camino se avisa a la gente recogida, melanco´lica y de profunda imaginacio´n y muchas vigilias y ayunos que no den cre´dito con facilidad a sus melanco´licas visiones, revelaciones, raptos, sino que al punto se humillen conociendo su miseria y bajeza.»
En el Jae´n de 1606 el me´dico Alonso de Freylas imprimi´a, junto con otros importantes tratados acerca de la peste que tanto preocupaba entonces, un brillante discurso sobre la afeccio´n melanco´lica. Dibuja en e´l al melanco´lico ingenioso: un ser superdotado que entiende como nadie las analogi´as entre los objetos, que sabe gobernarse con templanza, clarividencia inso´lita y perseverancia y que, adema´s, esta´ admirablemente capacitado para predecir los acontecimientos; en especial cuando los espi´ritus sutiles que habitan su cuerpo se liberan en el suen~o. Y justo ahi´, en el suen~o del melanco´lico, intuye Freylas, se abre como una rara flor el talento arti´stico y la mejor literatura.
El estudio preliminar de Felice Gambin, catedra´tico de la Universidad de Verona y especialista en este tema, explica con precisio´n el contexto que el doctor Freylas pone en juego y su difi´cil equilibrio entre las ideas cienti´ficas admitidas y una peligrosa heterodoxia.