En Nueva York, en medio de una fiesta, buscando en su cartera debajo de la cama la jeringa que debía inyectarse, Lucina experimenta eso que tantas veces le habían dicho que inevitablemente pasaría. Algo como un fuego artificial atraviesa su cabeza, pero no es fuego lo que ve sino sangre derramándose dentro de su ojo, la sangre más estremecedoramente bella que haya visto nunca, la más inaudita, la más espantosa, pero solo ella puede advertirlo. Con una destreza narrativa admirable y un lenguaje minucioso, Lina Meruane (ganadora del Anna Seghers 2011) cuenta el periplo médico de Lucina (una escritora chilena), entre Nueva York y Santiago, desde la noche del derrame hasta el postoperatorio. En ese trayecto, la ceguera absoluta, la incertidumbre y las incontables consultas al médico, una mudanza y un viaje a su país natal, desatarán sus fantasmas familiares, así como sus deseos más perversos, llevando continuamente al límite incluso su relación con Ignacio, su novio. Ficción y autobiografía se entrecruzan en una novela intensa, vertiginosa y cáustica, sobre la relación de los cuerpos y la ciencia, las heridas y el desarraigo, las exigencias y la incondicionalidad del amor.