Roland Barthes, uno de los críticos más importantes del siglo XX, relee su propia obra al tiempo que se retrata como sujeto. Y en ese proceso, consigue resignificar toda una vida a partir del modo de narrarla. De ahí que en el prólogo, Alan Pauls diga que el francés con el Barthes por Barthes consigue algo más: la consagración como escritor; el derecho a pertenecer al campo de la literatura a secas, en pie de igualdad con cualquier poeta o escritor de ficciones.
Traducción y Prólogo de Alan Pauls