El sionismo nace en Europa en la época convulsa de la formación de los estados modernos que luchaban por los derechos del individuo, la autonomía y las libertades nacionales. Su finalidad era crear un Estado judío independiente y soberano en la tierra de los antepasados, Sion, que pusiera fin a tanta discriminación social: los pogromos, las persecuciones, las diferencias sociales; en definitiva, a las reacciones antisemitas del mundo europeo.