Héroe rebelde del expresionismo abstracto, Jackson Pollock (1912-1956) iluminó a lo largo de su vida el panorama artístico de Estados Unidos cual pirotécnico. Canalizando ideas de fuentes tan dispares como Picasso y el surrealismo mexicano, rechazó las convenciones existentes en aras de concebir un modo personal de mirar, interpretar y expresarse.
Las obras más famosas de Pollock son sus pinturas realizadas mediante la técnica del dripping, en la que dejaba gotear y vertía pintura esmaltada sobre el lienzo sirviéndose de instrumentos variopintos, desde palos a jeringas, pasando por pinceles endurecidos y hasta fragmentos de cristal. Las salpicaduras resultantes rebosan energía y sustituyen el refinamiento del caballete y el pincel por algo, en conjunto, más inmediato, vívido y físico. Para evitar que el espectador buscara elementos figurativos en sus lienzos, Pollock optó por no titularlos y simplemente los identificaba de manera neutral con un número.
Conocido por ser un hombre huraño y volátil que batallaba con el alcoholismo, casado con la también artista expresionista abstracta Lee Krasner, Pollock, que falleció en un accidente de coche cuando sólo tenía 44 años, es un fascinante referente creativo y un pionero del arte. Esta introducción esencial sobre el artista explora tanto su trabajo como su fama para entender el valor de algunas de las que ya son obras maestras esenciales en la historia moderna y su condición de icono cultural.