Presentamos en este tomo primero de las Poesías completas de Emily Dickinson los poemas que van del número 1 al número 600, siguiendo siempre la edición canónica de Johnson (1955). Emily Dickinson (1830-1886) fue una mujer culta y avanzada a su tiempo. Por expreso deseo de su padre, se formó en un internado femenino donde llegó a dominar las más diversas materias, como el latín, la astronomía o la botánica. Lectora ávida, admiraba a las hermanas Brontë y entre sus influencias son fundamentales las de la Biblia y Shakespeare. Dickinson es, a la vez, una poeta coloquial y mística, cercana y metafísica a un tiempo. La obra de Dickinson es una aspiración al pleno espíritu y como tal ha de ser leída. Representa el afán de conseguir lo más alto sin renunciar, y aquí está su grandeza, a lo más humilde. Cada vez que Emily Dickinson vuelve a la presencia poética, después de los olvidos, vuelve para dar ejemplo vital y estético a una generación nueva que encuentra en sus metáforas, sus escapes, y sus paradojas, todo trascendente, una perpetua renovación de ella y de ellos. Siempre está viva y nueva; mejor, siempre está resucitada. Emily Dickinson nació en Amherst (Massachusetts, Estados Unidos), en 1830, y allí también falleció en 1886.